oficina del director

¿ que hacen por aqui?

Todo estaba listo para el inicio de clases. Los alumnos empezarían a llegar en cualquier momento. Axel se sentó cómodamente en el enorme sillón de director. Su oficina estaba a oscuras y solo la iluminaba la luz de la luna que entraba por el enorme vitral detrás de su escritorio.

-un año más - dijo para si mismo en un susurro. Este trabajo era tedioso y muchas veces lo sacaba de quicio pero las moelstias no se comparaban al placer que el trabajo le brindaba de vez en cuando.

*** waaa primer post! que emoción!!***

- ..........................mucho gusto, si, soy el director, puede usar mi baño si desea y dudo tener vanish o.o .... // diablos...cada bez vienen más raros los de biología....// dentro de unas horas lo esperamos en el comedor principal para la cena de bienvenida al nuevo año escolar n_n

- ........... talvez les haga la clase más interesante.... // usó el baño? // o.o

Entrando sin hacer ruido...
Con cara seria
-¿Y ese loco? ¿Biologia?

Axel se gira -Bal, si es Fausto VIII-

-See, yo...-apaga su cigarrillo. -Otro años mas en tu escuela...- se acerca mas.
-hey, puede que este sea interesante...-
-See...estoy aburrido.-Se tira sobre el sillon de un costado, pasa sus brazos por detras de su cabeza.
-Iras a la cena?-
-Debo hacerlo no?...-no hablaron en los proximo 15 minutos- bueno...- se levanto y ordeno su traje: -Nos vemos aya...- el silencio recibido por Axel fue la respuesta suficiente y abandono la oficina

Después de salir de la entrada camine por un lugar y por otro; perdiéndome entre los enormes pasillos, confiado en mi sentido de orientación camine entre ellos, abriendo de ves en cuando algunas puertas para ubicarme. Pero minutos después me di cuenta de que estaba completamente perdido, resignándome al hecho de que no llegaría a la cena, disminuí el ritmo de mis pasos, hasta que me detuve en un pasillo, precisamente frente a una ventana, donde mire el cielo de zafiro donde sobresalían diminutos destellos y empecé a cantar mientras mi mano jugaba sobre el cristal.

- Como llegar al filo de tu cama,
para cantarte un cuento, una canción;
para abrazarte fuerte hasta que caigas,
rendida entre mis brazos y mi voz.

Y despertarte a besos en la cara,
dos horas antes de que salga el sol;
Después de haberte calentado el agua,
beberla a sorbos de mi corazón.

todo estaba callado...a lo mucho el sonido de algunos animales del bosque. Estaba apunto de quedarme dormido cuando escuché una voz en el pasillo, cantando. era dulce y melodiosa asi que me levanté del sillón y caminé por la oficina a oscuras hasta llegar a la puerta y abrirla. Había un joven mirando por la ventana mientras cantaba una bella canción de amor. Lo escuché un momento hasta que pareció darse cuenta de mi presencia.

- vaya canción, no te parece haber escuchado las mismas palabras a lo largo de muchos años? hum? crees en las canciones de amor aun?

Cantaba despreocupadamente cuando note que no estaba solo, al descubrir su identidad calle, mordí suavemente mi labio inferior sin sentir dolor alguno, señal de nerviosismo quizás, cuando escuche su voz, no había duda era el hombre al que admiraba desde mi infancia, el cantante del momento, el talento envidiado por todos… Axel. Lo primero que pensé fue “Es un sueño”, pero después negué con la cabeza rectificando “En realidad es una broma de mal gusto de mi subconsciente”, dispuesto a seguir con el juego me acerque a el, mientras seguía cantando la siguiente estrofa.

- Voy a volar kilómetros de cielo, mi cielo; meterme entre tus sueños y luchar contra tu miedos;
y caminar kilómetros de asfalto, y de tanto viajar, quedar rendido en tu interior.

Y así fue hasta quedar frente a frente mirándole a los ojos mientras mis mejillas se encendían con un tono carmesí.

- El alfabeto, siempre será el mismo, las palabras siempre serán las mismas, lo importante es el sentimiento de la persona que las entona, es por ello que las personas se sienten identificadas con el intérprete y no solo escuchen ese bla bla bla.

Respondió al fin finalizando con una tierna sonrisa, sin que el sonrojo se desvaneciera precisamente lo contrario que pasaba con nerviosismo, después de todo para el era solo su imaginación lo que en ese momento dominaba.

escuché en silenció mirando fijamente al joven que cantaba de manera desafiante, nervioso mientras se acercaba. La tenue luz de la luna me dejó observar el fuerte rubor en su rostro. Finalmente, terminó de cantar y se mantuvo parado frente a mi. Me llamó la atención la extraña conducta del chico y lo miré unos segundo directamente a los ojos.

-bienvenido - dije rompiendo el silencio despues de los congelados segundos- tienes ahi una hermosa voz

el joven pareció disfrutar del sonido de mi voz y sonrei poniendole una mano en el hombro

- soy axel , el director , espero que pases un buen año en este lugar - la dulzura e inocencia del joven me hacían sentir muy cercano a el. Presentí que talvez esta no fuera la ultima vez que estaríamos en contacto personal.

Su mirada rompió completamente con mi seguridad, en cierta forma haciéndome sentir un poco tonto, después de todo solo era producto de mi mente. - Gracias – Respondí con simpleza a la bienvenida y al elogio hacia mi voz, aun pensando que pronto despertaría de ese sueño, en cuanto lo tocara, pero no fue así, después de que el mayor posara su diestra sobre mi hombro, yo seguía ahí, el seguía ahí…

Pero aun no podía entender como era posible que los dos estuviéramos juntos en ese lugar, nunca pensé encontrar a una persona como el y mucho menos en el pasillo de un viejo internado. Entonces sus labios se abrieron nuevamente, yo solo atine a sonreír.

- Es un placer conocerlo señor mi nombre es Roxas, espero no haber interrumpido algo, yo me he perdido buscando las habitaciones, no fue mi intención molestarle.

Respondí dándole velocidad a mis palabras sintiendo como mi corazón vibraba entre una ola de sentimientos; miedo, admiración, alegría… No sabría precisar cual era la que realmente predominaba solo sabía que agradecería la elección de mi nueva “casa”.

solo pude reir un poco al ver como su completa seguridad desapareció dejando incredulidad en su rostro, sus grandes ojos azules brillaron con la poca luz.

- no te preocupes...roxas - pronunciando con enfansis su nombre. - no hay mucho que hacer ahora...solo esperar un poco.

Le di un golpecito en el mentón para relajarlo un poco, estaba tan tenso como un pequeño soldado.

- tengo algo en la cara?huh? - bromeé un poco. Me causaba gracia la expresión del niño- las habitaciones estan por allá - señalando al lado derecho del largo y oscuro corredor- subiendo las escaleras de la derecha. Acomódate y espero contar tu presencia en la cena de bienvenida.

Podía sentir en mis ojos el reflejo de los hilos de plata que se inmiscuían por la ventana, la misma que de pronto se abrió dejando entrar una suave brisa, la misma que paseara mis cabellos, acariciando mi rostro al igual que tus palabras lo hacían con mis oídos. En ese momento intente hablar pero mis palabras se atoraron en mi garganta, debido a la tensión, la que fuese liberada por un suave golpecito en mi mentón, pero me abstuve, solo negué con la cabecita cuando escuche tu pregunta, la misma que hizo que mis mejillas recuperaran el tono carmín.

Después solo logre seguir tu mano, ladeando mi cabeza, mirando al fondo del enorme pasillo, al final una amplia y cálida sonrisa se dibujo en mi rostro. – Gracias por todo señor. – Fue todo lo que pude responder, para el final en un impulso acercarme, pararme de puntitas y posar mis labios en tu mejilla depositando un beso tierno. Acto seguido Salí corriendo arrastrando mi maleta y mi estuche, hasta que sentí que mi presencia se ocultaba en la oscuridad del pasillo, mirándote un poco más hasta que tu silueta se perdiese en el umbral de la puerta.

el beso del joven me tomó desprevenido y luego salió corriendo por el corredor. sonrei nuevamente mientras se alejaba y pronto me sorprendí solo, contra la brisa de la fría noche y observando el corredor vacío. Giré hacia la ventana, me acerqué y apoyé mis manos en el helado borde. Las gotas cayeron en mi rostro varios minutos mientras pensaba y le preguntaba a la luna cosas que podía responder yo mismo.
Tarareé la canción del chico para mi mismo, muy bajito y volví a mi oficina.

- eh...por favor a parto el fémur de ... es ese el fémur del esqueléto del laboratorio....el de berta? - mirándolo de manera incriminatoria - hagame el favor de devolver eso al laboratorio y... no, sería una señal de muy poco profesionalismo si yo andara en relaciones con los alumnos, no le parece? - levantándose del escritorio - Me parece que ya es hora de ir a la cena... - sale de la oficina dejando a fausto haciendo malavares con el fémur de berta.